
Los personajes de Campeones, una serie de dibujos animados de mediados de los 80 (aunque en España sigue reponiéndose), provienen en su mayoría de familias desestructuradas y encuentran un nexo de unión en torno al fútbol. Se da la paradoja de que el deporte, más que establecer un vínculo "familiar", de equipo, se presenta como una canalización de la agresividad y la violencia, además de reflejar una enorme competitividad que sustituye los valores del compañerismo y la deportividad.
En los episodios, los personajes alientan a su equipo hacia la victoria, enfatizando en la necesidad de ganar y la inutilidad de participar si no es para ser los mejores.
Las tramas familiares que se presentan, principalmente la de los capitanes (los líderes del grupo) y las estrellas (la élite), reflejan adolescentes que sufren una cierta alienación por haberse mudado de ciudad y perder a su círculo de amigos, por haber vivido una situación traumática en su familia (como un abandono, un divorcio o un padre con problemas de alcohol) o por sufrir enfermedades y lesiones.
El fútbol es la manera de lograr el éxito, el reconocimiento, de ser el mejor, de destacar. No importa en la serie el compañerismo y los personajes viven obsesionados con la victoria. De hecho, la trama de la historia, que en los países de habla hispana denominó a los personajes con nombres americanos pese a ser japoneses, se desarrolla desde la infancia de los chicos hasta que son profesionales y comienzan a jugar en la selección de su país. Sin embargo, y a pesar del recorrido vital que realiza la serie, en muy pocos momentos se observa a los protagonistas fuera del ámbito futbolístico, por lo que las parejas, la familia y los amigos prácticamente desaparecen del guión.
Habría que citar, en el análisis de esta producción, a Norbert Elias y Eric Dunning y su obra "Deporte y ocio en el proceso de la civilización", así como a Durkheim y la "efervescencia social" en torno al deporte. Digo esto porque, cuando surgió la serie en Japón, la Federación de Fútbol del país costeó los gastos de producción a sabiendas de que sería una inmejorable promoción para la práctica del deporte; y no estaban muy lejos de la verdad puesto que los niños japoneses de hoy, en los partidos de fútbol, siguen llevando merchandising de Oliver y Benji junto al de equipos de la liga.
Y por último, todo sin olvidar categorizaciones básicas como el líder y las élites, que antes citaba.
FERNÁNDEZ PALOMARES, F. y OLMEDO REINOSO, A. "Barbiana y las 'Escuelas japonesas': apoyos audiovisuales para ayudar a comprender la dimensión social de la enseñanza".
PÉREZ GARCÍAS, F. y URBINA RAMÍREZ, S. "Violencia en los dibujos animados de ayer y de hoy"
"Niños japoneses: la competitividad sin límites"
Primera Parte
Segunda Parte
Tercera Parte
Cuarta Parte
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