lunes, 24 de mayo de 2010

Disney vs Cuentos Populares

Los largometrajes de dibujos animados de la factoría Disney, sobre todo los de la primera época (Blancanieves, Bambi, Cenicienta, Pinocho, Peter Pan, La Bella Durmiente, etc.), han desempeñado un papel crucial en el proceso de suplantación de la cultura popular por la cultura de masas, al contribuir de forma decisiva a banalizar, edulcorar y resemantizar (es decir, ideologizar) los grandes cuentos maravillosos tradicionales y los clásicos de la literatura infantil. A primera vista, podría parecer que su carga ideológica no es muy intensa; pero no hay que olvidar que las películas de Disney van dirigidas (aunque no solo a ellos) a los niños, es decir, a un público indefenso ante los poderosos estímulos audiovisuales de estos excelentes (desde el punto de vista técnico) productos. Teniendo en cuenta, además, el extraordinario éxito de los grandes "clásicos" disneyanos, su amplísima difusión tanto en el espacio como en el tiempo, sería un grave error infravalorar la potencia doctrinaria de sus mensajes, que han grabado en las mentes de varias generaciones de niños unos patrones de belleza y bondad (y de fealdad-maldad) cuya trascendencia aún no ha sido debidamente estudiada.

La estructura narrativa de las películas de Disney está elaborada desde la perspectiva de los cuentos tradicionales (maravillosos y de animales). Algunos de ellos, escritos durante los últimos tres siglos han sido descargados de elementos macabros y de finales un tanto sádicos que en la época eran considerados la parte fundamental de la fábula y la metáfora: La Bella y la Bestia, de Madame Le Prince de Beaumont (1711-1780); La Cenicienta, de los hermanos Grimm, quienes adaptaron algunos cuentos tomados de Charles Perrault (La Bella Durmiente del Bosque, La Cenicienta, Caperucita Roja, El Gato con Botas, Barba Azul, Pulgarcito...), y contribuyeron decisivamente a la noción moderna del cuento popular; el danés Hans Christian Andersen (1805-1872)...



Estos cuentos, como explica ALMACELLAS, Mª Ángeles en "Los Cuentos de Charles Perrault y su Carácter Formativo" tenían como función educar y formar a la infancia en un momento en el que la transmisión escrita estaba aún en desarrollo y la mayor parte del folklore y las historias tradicionales se transmitían de forma oral. Las historias, en las que los personajes pasaban siempre por dificultades y situaciones problemáticas, hacían florecer la iniciativa, los buenos sentimientos y el coraje de los protagonistas, que siempre salían victoriosos y que condenaban a los personajes malvados a un padecimiento un tanto grotesco.

La utilización por parte de Disney de estas historias las ha dotado de una carga ideológica que minimiza las consecuencias, reduce la experiencia vital del protagonista para adecuarlo a los estándares culturales que desean mostrar y sobre todo, conforma un sistema de creencias que legitima un etnocentrismo que contribuye a minimizar la diversidad cultural.

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